La inflación, en economía, es el aumento generalizado y sostenido de los precios de los bienes y servicios existentes en el mercado durante un determinado período de tiempo. Cuando el nivel general de precios sube, con cada unidad de moneda se adquieren menos bienes y servicios. Esta situación genera una caída del poder adquisitivo. Los bancos centrales se encargan de mantener la estabilidad de la inflación y de supervisarla modificando los tipos de interés.
Arrancamos 2022 dejando atrás dos años de una notable incertidumbre y bloqueos que nos llevaron con la mayor caída en la historia del GDP mundial.
Por un lado, los crecimientos de las principales potencias mundiales, aunque se van a moderar simplemente por efecto base, van a seguir a un ritmo alto, del 4,2% en la eurozona y del 3,9% en Estados Unidos, según las previsiones del consenso de analistas que recoge Bloomberg.
Sin embargo, a este crecimiento hay que restarle el impacto de la inflación prevista, desbocada ya durante 2021 (incremento de los costes energéticos, transportes, materias primas, etcétera) y que tendrá continuidad, al menos, en 2022. Según los analistas, los precios de la eurozona se incrementarán un 2,4% este año mientras que los de Estados Unidos lo harán al 4,4%, superando incluso en este último caso a la propia previsión del GDP.
Los analistas de Goldman Sachs han elaborado un informe con los temas más importantes que marcarán la tendencia de los mercados en 2022, en el cuál esperan una fase de recuperación mundial que durante el próximo año se caracterizará por una fuerte demanda y una oferta limitada.
El banco de inversión espera que la recuperación cíclica continúe en 2022, pero con un ritmo de crecimiento más lento.
Para el conjunto de 2022, gracias a las continuas mejoras en el control de los virus, las innovaciones en curso en el tratamiento de Covid-19, el ahorro reprimido y la reconstitución de los inventarios, es probable que el PIB mundial aumente un 4,5%, aunque es probable que el crecimiento se ralentice más claramente en la segunda mitad del año, añaden.
Las previsiones de crecimiento mundial ya no están claramente por encima del consenso, como lo estuvieron durante gran parte de 2021 y 2022.
En cuanto a las presiones inflacionistas, Goldman Sachs opina que 2021 se caracteriza en parte por la "venganza del lado de la oferta". La demanda se recuperó con fuerza de su hibernación inducida por COVID en la primavera, se encontró con una oferta más restringida que en varios años (reflejando las restricciones relacionadas con COVID, como la cadenas de suministro, pero también otras distorsiones, como el Brexit).
Los analistas informaron de que acabamos de pasar un par de meses en los que la escasez de oferta ha sido la protagonista en varios sectores incluido el del petróleo. Llos precios del petróleo y del gas se han disparado, la inflación ha sorprendido al alza en casi todas partes y los tipos de interés iniciales han subido de forma generalizada.
Hace 6 meses no se esperaba que la FED subiese los tipos de interés durante el 2022. A día de hoy los analistas estiman que la FED subirá los tipos de interés al menos 3 veces durante este año, empezando en marzo. Esto aumenta la incertidumbre en el coste de las hipotecas, en la deuda de las empresas y en la deuda de los países.
Adelantan que "los precios del gas y del petróleo parecen estabilizarse (aunque hay muchos movimientos positivos a medida que avanzamos en los fríos meses de invierno, y también hay señales tentativas de que los indicadores de escasez de los contenedores y del transporte marítimo en las principales rutas comerciales se están moderando, quizá también en respuesta a la mejora de la situación de COVID en toda Asia".
Otro de los aspectos que marcarán el año será la escasez de productos básicos. La tensión en los mercados de materias primas será persistente con las miradas puestas en China.
Sin embargo, la economía China promete seguir creciendo aunque por debajo de los números de los últimos anos 2021 y 2020 donde un consumo exacerbado influyo en un crecimiento que parecía imparable.
En estas últimas semanas ha surgido una nueva incertidumbre con el conflicto entre Rusia y Ucrania y las posibles intervenciones de EEUU y Europa. Este aspecto será de interés de cara a la economía ya que afectara sin duda a Europa y Estados Unidos suele reaccionar bien económicamente en caso de guerra.
Si EE.UU. y Europa consiguen pasar este invierno sin un resurgimiento importante de COVID y nuevas restricciones, los sectores de servicios más rezagados, especialmente los viajes y el turismo, podrían subir en Bolsa.
Con este escenario, los próximos meses se presentan con grandes incertidumbres y volatilidad en los mercados pero no por ello con una perspectiva negativa. Sencillamente, serán momentos de precaución e inversiones inteligentes.
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